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SYLVIA CAMELO-CALLIGER: Una corona para Camelia / Une couronne pour Camélia


Imagen: Collage digital de Xóchitl Lagunes.


UNA CORONA PARA CAMELIA

Al día siguiente, me esperaban todos con ramos de flores. Habían preparado un gran almuerzo e invitado a gente de la familia a comer. Los miré con cara triunfante y les dije:

―Ni siquiera me duele, ¿saben? ¡Coman y beban a nuestra salud!

No tuve tiempo de sentarme en la mesa pues fui a vomitar al baño. Me quedé un buen rato y después, cansada, volví para decirles que necesitaba descansar. Entré en mi cuarto, me toqué el pecho y me puse inmediatamente a llorar.

Al día siguiente, hacía frío. Las camelias florecían en los árboles del jardín lleno de vida. Me levanté de mi descanso y le pedí a Jacques que me trajera una.

―Toma, Camelia, póntela en el seno.

―¿Será que sí? Me da miedo que se infecte.

―Por encima del vendaje, dale, te tomo una foto: ¡Te ves divina !

Al día siguiente, se me empezó a caer el cabello. Me miré en el espejo y, sorprendida por mi nuevo aspecto, me puse a gritar. Jacques volvió a salir al jardín a cortar un puñado de camelias, fabricó una corona y, besándome, me la puso sobre la cabeza. Mis gritos cesaron poco a poco. Me sentí reina, reina por primera vez.



UNE COURONNE POUR CAMÉLIA

Le jour d’après, ils m’attendaient tous avec des bouquets de fleurs. Ils avaient préparé un grand repas et invité des gens de la famille manger. Je les regardai d’un air triomphant et leur dis:

―Je n’ai même pas mal, vous savez? Allez, mangez et buvez à notre santé !

Je n’eus pas le temps de m’asseoir à table car j’allai vomir aux toilettes. J’y restai un bon moment puis fatiguée, je revins leur dire que j’avais besoin de me reposer. J’entrai dans ma chambre, je me touchai la poitrine et je me mis immédiatement à pleurer.

Le jour d’après, il faisait froid. Les camélias repoussaient dans les arbres du jardin grouillant de vie. Je me levai de mon repos et demandai à Jacques de m’en ramener une.

―Tiens, Camélia, mets-la sur ton sein.

―Tu crois? J’ai peur que ça s’infecte.

―Par dessus le bandage, vas-y, je te prends en photo: Tu es magnifique!

Le jour d’après, mes cheveux commencèrent à tomber. Je me regardai dans le miroir et étonnée par mon nouveau visage, je me mis à crier. Jacques sortit de nouveau au jardin cueillir une poignée de camélias, il fabriqua une couronne avec elles et en m’embrassant, la mit sur mes cheveux. Mes cris cessèrent peu à peu. Je me sentis reine, reine pour la première fois.




Sylvia Camelo-Calliger (Bogotá, Colombia, 1971). Vive actualmente en Marnaz (Alta Saboya/Francia). Interesada por la fusión entre las lenguas y los géneros y, particularmente, por la relación entre literatura y oralidad, practica el Poetry Slam que mezcla con el Cuento y la Microficción. Sus poemas, cuentos y microficciones han sido publicados en diversas revistas desde el 2003 así como en la editorial francesa Short Edition desde el 2013. Ha dado diversos talleres de escritura. Su libro de microficción bilingüe francés-español Shortilegios/Shortilèges fue publicado en el 2021 en la colección Bocanada de la editorial mexicana La Tinta del Silencio.

2 opmerkingen


vallecostero7
05 nov. 2022

Muy buen relato. Toca las fibras del lector. Nos lleva al momento trágico; a su proceso. Nis hace sentir el dolor, la angustia en todo el proceso. Pero llega el poder mágico del amor a través de la belleza de las camelias y su poder sobre la creatividad del ser humano. Gracias, Silvia por compartir tu bello trabajo literario en nuestra página.

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Sylvia Camelo
Sylvia Camelo
07 nov. 2022
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Gracias a ti por leerme.

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